En un giro inesperado que ha sacudido el mundo de la televisión argentina, el reconocido conductor Pablo Duggan, de C5N, perdió los estribos durante una transmisión en vivo al criticar con dureza a la actriz y panelista Virginia Gallardo, quien ahora se postula como candidata política por la Libertad Avanza. La tensión estalló cuando Duggan, visiblemente alterado, descalificó a Gallardo, sugiriendo que no estaba capacitada para asumir un cargo político.
El incidente, que rápidamente se volvió viral en las redes sociales, ha desatado un torrente de reacciones. Algunos internautas acusaron a Duggan de machismo y soberbia, mientras que otros defendieron su derecho a expresar una opinión. Sin embargo, la incomodidad fue palpable en el set, donde los panelistas intentaron calmar la situación. La explosión de Duggan no solo reveló su frustración, sino que también dejó entrever un posible trasfondo emocional, alimentando rumores sobre un interés personal no correspondido hacia Gallardo.
A pesar de la agresividad de Duggan, Gallardo se mantuvo serena y no sintió la necesidad de responder en ese momento. Su sola presencia en la política se ha convertido en un desafío significativo, y muchos ven en su candidatura una oportunidad para que voces del ámbito artístico sean escuchadas en la arena política. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién tiene el derecho de definir la capacidad política en un país donde la diversidad de trayectorias es la norma?
El episodio no solo ha puesto a Duggan en una posición incómoda, sino que ha catapultado a Gallardo al centro de la atención mediática. En un contexto donde la visibilidad es fundamental, su nombre resuena más que nunca, no solo por su candidatura, sino por el escándalo que ha generado el enfrentamiento. En un país donde la política está llena de sorpresas, lo que ocurrió anoche podría ser solo el principio de una intensa batalla mediática y política.