John Carter es una película estadounidense de ciencia ficción, acción y aventuras de 2012 dirigida por Andrew Stanton, escrita por Stanton, Mark Andrews y Michael Chabon, y basada en Una princesa de Marte, el primer libro de la serie de novelas Barsoom de Edgar Rice Burroughs. Producida por Jim Morris, Colin Wilson y Lindsey Collins, está protagonizada por Taylor Kitsch en el papel principal, Lynn Collins, Samantha Morton, Mark Strong, Ciarán Hinds, Dominic West, James Purefoy y Willem Dafoe. Narra la primera aventura interplanetaria de John Carter y sus intentos de mediar en los disturbios civiles entre los reinos en guerra de Barsoom.
Desde la década de 1930, varios estudios y productores importantes habían realizado varios intentos de adaptar la serie Barsoom. La mayoría de estos esfuerzos finalmente se estancaron en el infierno del desarrollo.
Recibió críticas mixtas, con elogios por sus imágenes, la partitura de Giacchino y las secuencias de acción, pero críticas por la caracterización y la trama. Fracasó en la taquilla norteamericana, pero estableció un récord de estreno en Rusia. Debido a su pobre desempeño, Disney canceló los planes para Gods of Mars y Warlord of Mars, el resto de la trilogía que Stanton había planeado.
El fracaso de John Carter se ha atribuido a su promoción, que ha sido denominada “una de las peores campañas de marketing en la historia del cine”. Los críticos se centran en la decisión de eliminar las palabras “Princesa” y “Marte” del título por temor a alienar a hombres y mujeres jóvenes, dejando que las audiencias potenciales intenten deducir de qué se trata la película a partir de avances y anuncios que tampoco eran informativos sobre sus personajes y trama, su lugar en el desarrollo de la ciencia ficción y quién la había realizado. Las imágenes que mostraron también parecían derivadas de obras como Star Wars, Dune y Avatar, que a su vez estaban basadas en las historias de Barsoom. Otros críticos han argumentado que la película estaba condenada al fracaso desde el principio, ya que esas obras se habían apropiado tan completamente del material original como para garantizar que el público moderno considerara a John Carter como poco original.