Rachel Zegler, la actriz latina elegida para interpretar a Blancanieves en el próximo remake de Disney, se encuentra en medio de una tormenta de críticas que ha convertido su papel soñado en un verdadero desafío de relaciones públicas, conocido como el “desastre de Blancanieves”. Este proyecto ha suscitado controversia debido a entrevistas insensibles, el descontento de los fanáticos y decisiones de producción desconcertantes. En medio de este caos, ha surgido un rumor que sugiere que Zegler está señalando a Peter Dinklage como uno de los culpables de la debacle.
Dinklage, conocido por su trabajo en “Game of Thrones” y por abogar por una representación más justa para las personas con enanismo, criticó la decisión de Disney de seguir adelante con la narrativa de los siete enanitos en un contexto que considera arcaico. Sus observaciones sobre cómo la historia perpetúa estereotipos dañinos resonaron en la comunidad de la diversidad, generando un debate sobre la representación en Hollywood.
La producción de “Blancanieves” se vio sacudida por los comentarios de Dinklage, lo que llevó a cambios significativos en el guion que, según se dice, complicaron aún más la narrativa y afectaron el desempeño de Zegler. Mientras tanto, la actriz ha permanecido en silencio sobre el tema, lo que ha alimentado especulaciones sobre su posición en esta controversia.
El proyecto ha sido criticado por su tono caótico y su narrativa fragmentada, lo que ha llevado a comparaciones desfavorables con otros remakes de Disney que no lograron captar la magia del material original. A medida que el estreno se acerca, los rumores sobre un posible reinicio con otra actriz, como Jenna Ortega, han comenzado a circular, evidenciando el descontento generalizado con la interpretación actual y planteando preguntas sobre el futuro de este clásico.
La situación de Zegler y Dinklage refleja las complicaciones de modernizar historias queridas en un entorno contemporáneo exigente, donde las buenas intenciones pueden convertirse rápidamente en polémica si no se manejan con cuidado. La controversia no solo aborda la representación, sino también la viabilidad de los remakes de Disney en un mercado en evolución.