**Rubby Pérez falleció hace 11 días; Antonio Espaillat, dueño del Jet Set, rompe el silencio en medio de la tragedia**
Santo Domingo se encuentra en estado de shock tras el colapso del techo de la discoteca Jet Set, que dejó al menos 27 muertos y 160 heridos. En medio de la creciente indignación pública, Antonio Espaillat, el propietario del club, ha decidido finalmente hablar, rompiendo días de silencio que han alimentado las especulaciones sobre su responsabilidad en esta devastadora tragedia.
El incidente ocurrió en la madrugada del 11 de octubre durante un concierto del famoso merenguero Rubby Pérez. Testigos relatan que minutos antes del colapso, pequeños fragmentos de escombros comenzaron a caer, creando un ambiente de pánico. A las 12:44 a.m., el techo se desplomó, arrasando con todo a su paso y transformando una noche de celebración en un acto de horror.
Espaillat, en una carta enviada al Ministerio Público, se mostró dispuesto a colaborar con la justicia, afirmando que su compañía asume la investigación con seriedad. Sin embargo, su declaración ha sido recibida con escepticismo. Familias en duelo se preguntan por qué su voz no se escuchó antes y si sus palabras son genuinas o simplemente una estrategia para limpiar su imagen en medio del escándalo.
La tragedia ha desatado un torbellino de preguntas sobre las condiciones del lugar. Reportes indican que el Jet Set ya había mostrado signos de deterioro, incluyendo goteras y grietas visibles. Las autoridades han comenzado a investigar, pero las dudas persisten: ¿se ignoraron advertencias? ¿Hubo negligencia?
Mientras la nación entera exige respuestas, la presión aumenta sobre Espaillat. En sus declaraciones, expresa su dolor y su deseo de que se haga justicia, pero sus palabras han sido recibidas con críticas por no asumir una postura más proactiva en la búsqueda de verdad. La tragedia del Jet Set no solo es un lamento por las vidas perdidas, sino también un llamado a la responsabilidad y la transparencia en un país que ha vivido en la sombra de la impunidad.