En un impactante testimonio, Vivián afirma que Valeria no era solo una víctima inocente. Las autoridades han obtenido las grabaciones de seguridad y el teléfono de Valeria, que contienen información que compromete no solo a Erika y a ella misma, sino que podría desenterrar una red criminal más amplia. Vivián no se esconde de su pasado y admite que ellas conocían el oscuro mundo en el que estaban involucradas, lleno de lujos, pero también de peligros mortales.