Valeria, quien había ganado notoriedad por sus consejos de belleza y moda, había expresado temores sobre su seguridad, señalando a su expareja como un posible peligro. Queda la inquietante sospecha de que su muerte podría estar vinculada a su círculo más cercano. En las horas previas a su asesinato, un repartidor, que se negaba a entregar un paquete a nadie más que a ella, inquietó a quienes la rodeaban. Pero el verdadero giro del destino llegó cuando un misterioso regalo de su amiga Vivian la llevó a quedarse en el salón de belleza un tiempo más, justo antes de que se desencadenara la tragedia.