**Sánchez se REÚNE EN SECRETO en La Moncloa con el SECESIONISTA Turrull**
En un giro sorprendente y alarmante, el presidente Pedro Sánchez ha cruzado una línea roja al reunirse en secreto en La Moncloa con Jordi Turull, un destacado dirigente de Junts, condenado por su papel en el Procés y recientemente amnistiado. Este encuentro, celebrado el martes sin la más mínima mención en la agenda oficial ni convocatoria a medios, revela la creciente desesperación de Sánchez por mantener su mandato en medio de una tormenta política y escándalos de corrupción que sacuden su gobierno.
La reunión fue exigida directamente por el partido secesionista tras la dimisión de Santos Cerdán, el negociador socialista clave en las conversaciones con Puigdemont. Sin Cerdán en la mesa y con José Luis Rodríguez Zapatero vetado por Junts, Turull y la portavoz Miriam Nogueras han apretado el cerco. Sánchez se vio obligado a elegir entre dar la cara o arriesgar que el pacto se desmoronara.
Este encuentro marca un punto de inflexión alarmante: la Moncloa, en lugar de ser un símbolo de unidad y legalidad, se ha convertido en un refugio para quienes han intentado romper España. La situación es crítica. Desde Junts, el malestar con el Partido Socialista crece por el escaso avance en los compromisos adquiridos. La dirección independentista ha dejado claro que, si no se cumplen los términos del acuerdo, incluida la aplicación efectiva de la amnistía, la legislatura está condenada.
Sánchez, cada vez más acorralado, parece dispuesto a ceder en todo para aferrarse al poder, pero el costo institucional de sus concesiones es insostenible. La normalización de reuniones secretas con condenados por sedición pone en juego la credibilidad del Estado. No sería sorprendente que, en unos meses, veamos a Puigdemont en una foto dentro de La Moncloa, saludando a un Sánchez cada vez más debilitado. La política española está en un momento crítico, y las decisiones de Sánchez podrían tener repercusiones profundas y duraderas.