Una filtración explosiva ha sacudido a España: la reina Letizia supuestamente pidió al presidente Pedro Sánchez mover dinero hacia la República Dominicana. Este escándalo, revelado por la periodista Mike Vasco y corroborado por Javier Castillón, ha dejado a la sociedad española atónita. Aunque el perfil progresista de Letizia no es un secreto, la implicación de la consorte en asuntos financieros con el líder del gobierno ha cruzado una línea peligrosa.
Las grabaciones, que han comenzado a circular, muestran a Letizia buscando asesoramiento financiero de Sánchez, un hecho que plantea serias dudas sobre la relación entre ambos. La cercanía entre la reina y el presidente, reforzada por visitas al mismo cirujano plástico, plantea interrogantes inquietantes sobre la influencia personal en decisiones estatales. ¿Qué tipo de lazo une a Letizia con Sánchez, y cómo afecta esto a la neutralidad de la corona?
La situación es aún más alarmante considerando el historial de Sánchez, quien ha mostrado un escaso respeto por la monarquía y la legalidad económica. La reina, en lugar de recurrir a los servicios financieros de la Casa Real, parece haber optado por el consejo de un político cuya administración ha sido criticada por su relación con la corrupción.
Si se confirman estas grabaciones, no solo estaríamos ante un escándalo financiero, sino ante un ataque directo a la institución monárquica, que debería ser un símbolo de unidad y neutralidad en el Estado. La decepción entre los ciudadanos es palpable, y la confianza en la corona se tambalea. Hasta el momento, tanto Zarzuela como Moncloa guardan silencio ante esta crisis que podría redefinir la percepción pública de la monarquía en España.