**Jesús Á. Rojo: SÁNCHEZ PIERDE EL CONTROL: EN MONCLOA YA NO DESCARTAN VERLE EN EL BANQUILLO**
En un giro alarmante de los acontecimientos, el Tribunal Constitucional de España ha aprobado la controvertida ley de amnistía, desatando una ola de indignación y acusaciones de corrupción en el corazón del gobierno de Pedro Sánchez. La decisión, calificada por muchos como un “golpe de estado” institucional, ha llevado a voces prominentes, incluido el ex presidente Felipe González, a distanciarse del actual liderazgo del PSOE, afirmando que no apoyará a aquellos que han respaldado esta “aberración” legal.
La amnistía, que busca perdonar a los implicados en el proceso independentista catalán, ha sido defendida por un tribunal que muchos consideran “prostituido” y al servicio de intereses políticos. La reacción ha sido instantánea: ciudadanos y políticos de diferentes esferas claman por la defensa de la Constitución y la restauración del estado de derecho. “España es un país fallido”, gritan desde la oposición, mientras el descontento crece en las calles.
Las palabras de González resuenan con fuerza: “No contarán con mi apoyo de ninguna manera”, señalando un punto de inflexión en el PSOE. La presión sobre Sánchez aumenta, con rumores de una posible rebelión interna en el partido y llamados a elecciones anticipadas. La situación se torna crítica, con la posibilidad de que la Unión Europea intervenga, cansada de las maniobras del gobierno español que, según críticos, ha cruzado todas las líneas de la legalidad.
Mientras tanto, las instituciones españolas parecen tambalearse. La falta de legitimidad del Tribunal Constitucional y la corrupción institucional son temas candentes en el debate público. La pregunta en el aire es clara: ¿podrá Sánchez mantenerse en el poder ante esta tormenta política, o su caída será inminente? Con la presión aumentando y la desconfianza en las instituciones, el futuro de España pende de un hilo.