¡URGENTE! La Corte Suprema de EE.UU. otorga un golpe devastador a los jueces federales, permitiendo a Donald Trump avanzar en su agenda autoritaria. En un fallo monumental, la Corte ha decidido que los tribunales no pueden emitir bloqueos nacionales contra las decisiones del Ejecutivo, lo que significa un refuerzo significativo para la administración Trump. El presidente, visiblemente emocionado, proclamó esta decisión como una “victoria gigantesca” que le permitirá implementar políticas que habían sido frenadas por jueces de lo que él llama “extrema izquierda”.
El fallo, que se produce en un momento crítico, redefine el equilibrio de poderes en el país, limitando la capacidad judicial y abriendo la puerta para que Trump lleve a cabo su plan de eliminar la ciudadanía por nacimiento, un concepto que él argumenta fue diseñado para los hijos de esclavos, no para inmigrantes que buscan aprovecharse del sistema. “Estamos poniendo fin a un abuso colosal de poderes”, exclamó Trump, agradeciendo a la Corte Suprema por su decisión.
La secretaria de Justicia, Pan Bondy, respaldó la decisión, afirmando que el fallo era crucial para devolver el control a la presidencia y poner fin a lo que describió como un “imperio judicial”. Este cambio podría tener repercusiones de largo alcance en la política migratoria y regulatoria de EE.UU., permitiendo a Trump congelar fondos para ciudades santuario y limitar los recursos destinados a cirugías de transición de género.
Con más de 700 jueces en desacuerdo con el fallo, la decisión ha desatado un torrente de reacciones y advertencias sobre el futuro de la democracia en EE.UU. Analistas advierten que este podría ser el inicio de un gobierno autoritario, donde el poder judicial queda subordinado a la voluntad del Ejecutivo. La tensión es palpable, y el país observa con atención los próximos pasos de una administración que ahora se siente más empoderada que nunca.