**¡SIGUEN LOS ARREPENTIDOS! El pueblo LE RESPONDE a Milei y EMPIEZAN A CAER en el DESASTRE que votaron**
En las calles de Buenos Aires, el descontento resuena con fuerza. Los ciudadanos, que hace poco depositaron su confianza en el gobierno de Javier Milei, ahora se sienten traicionados y abandonados. “No puedo viajar todos los días, es complicado”, clama una mujer, reflejando la angustia de muchos que enfrentan un aumento implacable en el costo de vida. La desesperación se mezcla con la indignación en un pueblo que, tras votar por el cambio, se encuentra atrapado en un ciclo de promesas incumplidas y medidas dolorosas.
Las palabras del ministro de Economía, Caputo, que afirmaron que la población había recibido positivamente las nuevas medidas, chocan con la realidad palpable de quienes luchan por llegar a fin de mes. “¿Qué haces, Javier? Si no metes medidas que compensen el ajuste, la clase media nos aniquila”, grita un comerciante, quien, al igual que muchos, se siente cada vez más impotente ante la inflación galopante. La nafta ha aumentado un 40%, pero su negocio no puede seguir el ritmo, y la angustia es evidente en sus ojos.
En un ambiente cargado de tensión, los ciudadanos exigen respuestas. “Hablale a Milei, hablale a Caputo”, repiten, instando a sus líderes a escuchar el clamor del pueblo. Las voces se entrelazan, cada una compartiendo su historia de lucha y sacrificio, mientras la incertidumbre sobre el futuro se cierne como una sombra sobre la multitud. “Queremos esperanza para los trabajadores de bien”, dice una mujer, su voz temblando pero firme, mientras el microfono pasa de mano en mano, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.
El pueblo, que una vez soñó con un cambio, ahora se enfrenta a la dura realidad de su elección. La promesa de un futuro mejor se desdibuja en el horizonte, y la pregunta resuena en el aire: ¿a quién votamos, loco? La respuesta, para muchos, es clara: la confianza se ha convertido en arrepentimiento, y el descontento se convierte en un grito colectivo que no puede ser ignorado.