**Título: Viviana Canosa y Mariana Brey: El Duelo Mediático que Sacude Argentina**
En un nuevo capítulo de la feroz batalla mediática argentina, Viviana Canosa ha lanzado un misil directo hacia Mariana Brey, encendiendo las redes sociales y generando un torbellino de especulaciones. Durante su programa “Viviana en vivo”, Canosa acusó a Brey de estar “bancada por el gobierno de Miley”, una declaración que ha dejado a muchos preguntándose si hay más detrás de esta acusación o si simplemente se trata de otro episodio de la eterna lucha por el rating.
Canosa, conocida por su estilo directo y sin filtros, no se detuvo ahí. En un tono que resonó como un ataque político, afirmó que Brey se maneja con “un nivel de impunidad alto” en su rol como panelista en “Duro de domar”. Este comentario no solo ha reavivado viejas rencillas en el mundo del espectáculo, sino que también ha puesto sobre la mesa la pregunta de si Brey realmente tiene conexiones políticas que la protegen.
La respuesta de Brey no tardó en llegar. En un móvil para “LAM”, la panelista defendió su postura, sugiriendo que las acusaciones de Canosa podrían ser un reflejo de sus propias inseguridades. “La palabra impunidad me suena muy rara”, dijo, dejando claro que no teme al enfrentamiento y que está dispuesta a defender su lugar en el competitivo mundo de la televisión.
Mientras tanto, el debate se intensifica. Algunos críticos, como el periodista Pablo Dugan, han señalado que Brey a menudo prioriza la provocación sobre la información, lo que ha llevado a un estilo de confrontación que, aunque genera rating, podría no ser sostenible a largo plazo. Las redes sociales se han dividido entre quienes aplauden a Canosa por su valentía y quienes ven a Brey como una víctima de un sistema mediático despiadado.
La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará este enfrentamiento? Con la posibilidad de un cara a cara inminente en la pantalla, los espectadores se preparan para un espectáculo que promete ser tan explosivo como revelador. En el fondo, la línea entre el espectáculo y la realidad se vuelve cada vez más tenue, y en un país donde el escándalo vende, el público sigue ansioso por más.