Georgia Meloni ha desnudado políticamente a Pedro Sánchez en una explosiva intervención en el Parlamento Europeo, revelando los escándalos de su gobierno y los lujos pagados con el dinero de los contribuyentes. Mientras millones de españoles luchan contra la inflación y los altos impuestos, el presidente español se encuentra disfrutando de vacaciones en un resort de lujo en La Mareta, rodeado de ministros y amigos, como si el país no estuviera en crisis.
Meloni, con una ferocidad inusitada, acusó a Sánchez de engañar y humillar a su propio pueblo. “Él vive a cuerpo de rey con el dinero de los españoles y aún tiene la desfachatez de sonreírles como si les hiciera un favor”, lanzó ante un hemiciclo atónito. La sala, que esperaba un discurso rutinario, se convirtió en un ring de boxeo donde la primera ministra italiana no escatimó en sarcasmo, afirmando que mientras ella paga sus vacaciones de su propio bolsillo, Sánchez se regocija en el lujo ajeno.
Los eurodiputados reaccionaron con aplausos y risas nerviosas ante la contundente crítica. “Sánchez no gobierna España, la exprime y se ríe de su gente mientras se broncea”, continuó Meloni, dejando claro que su intervención no solo era un ataque personal, sino un grito de justicia para todos los españoles. El contraste era grotesco: un líder europeo despreocupado en la playa y otro que se atreve a criticarlo desde el Parlamento.
La intervención de Meloni ha marcado un antes y un después, convirtiéndose en un símbolo de la indignación que siente Europa hacia Sánchez. Su mensaje resonó en cada rincón del hemiciclo: “Los españoles merecen líderes, no vividores”. Mientras Meloni se retiraba, la sala quedó en silencio, incapaz de procesar la magnitud de la humillación pública que acaba de presenciar. ¿Qué duele más: el sol en la playa o la paliza política de Meloni? La respuesta parece clara y el eco de sus palabras aún resuena en Bruselas.