Durante el rodaje de ‘Desperado’, dirigida por Robert Rodríguez en 1995, Hayek, todavía debutante en ese momento, se enfrentó a rodar una escena 𝑠e𝑥ual para la que se sentía poco preparada en su carrera.
El objetivo era conseguir más financiación para la película, la secuela estadounidense de ‘El Mariachi’ de Rodríguez.
Hayek admite que rompió a llorar antes de grabar la escena, abrumada por el miedo y la incertidumbre. Así lo reveló durante una entrevista en el programa ‘Armchair Expert’.
Menciona en particular a Antonio Banderas, su coprotagonista, que era un auténtico caballero y un gran amigo. Sin embargo, Hayek se sentía intimidada por su espíritu libre y tenía mucho miedo. Banderas nunca había vivido algo así antes. La angustia emocional de Hayek también le afectó a él, y ella se sentía avergonzada por su incapacidad para dejar de llorar.
A pesar de los esfuerzos de Banderas y Rodríguez por hacerla sentir cómoda, Hayek recuerda esta escena como una de las experiencias más traumáticas de su carrera. Al principio, se negó a quitarse la toalla que llevaba puesta, e incluso cuando lo hizo, no pudo contener las lágrimas. Sin embargo, lograron terminar la escena, haciendo lo mejor que pudieron dadas las circunstancias.
La experiencia fue un reto, sobre todo teniendo en cuenta la preocupación de Hayek por la reacción de su familia ante la escena. Le preocupaba lo que pensarían su padre y su hermano al ver la película. Expresó su crítica de que los hombres no tienen que enfrentarse a este tipo de situaciones, mientras que si un chico logra algo en una película, su padre lo reconoce con orgullo. En el caso de ‘Desperado’, Hayek incluso obligó a su familia a abandonar el cine durante la escena.
El recuerdo de Salma Hayek de este incidente resalta el costo emocional y la presión que pueden enfrentar los actores durante escenas explícitas, enfatizando la necesidad de empatía y comprensión en tales situaciones.