Con apenas 17 años, Lamine Yamal sigue demostrando que no le tiembla el pulso en los grandes escenarios. En el clásico disputado en el Santiago Bernabéu, no solo fue protagonista en la goleada que el FC Barcelona le propinó al Real Madrid, sino que además replicó el icónico festejo de Cristiano Ronaldo en el Camp Nou, gritando al mundo: “Calma, calma, estoy aquí”.
El joven canterano, que ya ha demostrado ser una de las mayores promesas del fútbol mundial, no solo se hizo sentir con su actuación en el campo, sino también con este gesto cargado de simbolismo y picardía. En un estadio lleno hasta la bandera y frente a su eterno rival, Yamal selló su presencia no solo como jugador, sino como una futura estrella que no teme enfrentarse a la presión de los clásicos.
El gesto, que inmediatamente encendió las redes sociales, recuerda al famoso festejo de Cristiano Ronaldo en 2012, cuando el portugués pidió “calma” a la afición del Barcelona tras marcar en el Camp Nou. Ahora, en un giro del destino, es un jugador culé quien utiliza esa celebración en el Bernabéu, reavivando la rivalidad y dejando claro que el fútbol está en manos de una nueva generación.
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Con este partido, Lamine Yamal no solo contribuyó con su desequilibrio y calidad en el ataque, sino que también mostró madurez y carácter en un escenario donde otros de su edad podrían haberse intimidado. La goleada al Real Madrid se convierte en un capítulo histórico, pero la imagen que quedará grabada en la memoria de los aficionados será la de Yamal, señalando al suelo y pidiendo calma con una sonrisa pícara.
La repercusión no tardó en llegar. Mientras los aficionados culés celebraban el gesto como una declaración de confianza y liderazgo, los seguidores merengues lo tomaron como una provocación que alimenta aún más la intensidad de este clásico eterno.
Lamine Yamal está dejando claro que no es solo una promesa, sino una realidad que seguirá dando que hablar en los próximos años. Si con 17 años es capaz de dominar en el Bernabéu y replicar gestos icónicos con tal seguridad, el futuro del Barcelona parece estar en muy buenas manos. Porque, como él mismo dijo: “Calma, calma, estoy aquí”.
