**Tragedia en la Discoteca Jetset: “No se Cayó un Poquito, Fue una Explosión”**
La madrugada del 8 de abril, la celebración del tradicional lunes de merengue en la discoteca Jetset de Santo Domingo se tornó en una pesadilla aterradora. Un colapso repentino del techo, descrito por testigos como una explosión, cobró la vida de al menos 221 personas, entre ellas el icónico cantante Rubby Pérez, conocido como la voz más alta del merengue.
La hija de Rubby, Sulinka Pérez, quien se encontraba en el escenario durante el trágico evento, narró su angustiosa experiencia. “Cuando caí al piso, vi como una columna cayó sobre él”, relató con voz entrecortada. “Mi esposo me jaló y me dijo: ‘Sal vete rápido que esto se va a desplomar'”. En medio del caos, Sulinka logró escapar, pero no sin antes presenciar momentos desgarradores.
La discoteca, un lugar emblemático y a menudo repleto, no estaba preparada para la tragedia que se avecinaba. “No fue un simple derrumbe, fue una explosión”, enfatizó Sulinka, haciendo eco del horror vivido por muchos esa noche. La comunidad dominicana y venezolana llora la pérdida de sus seres queridos, mientras el país atraviesa tres días de duelo nacional.
Rubby Pérez, quien dedicó su vida a la música y a sus seguidores, dejó un legado imborrable. “Papi amaba a Venezuela”, dijo su hija, recordando la profunda conexión que su padre sentía por el país. La tragedia ha dejado a miles de familias devastadas, y los nombres de las víctimas, incluidos destacados artistas y figuras públicas, resuenan en un lamento colectivo.
Mientras las autoridades investigan las causas del colapso, la comunidad se une en un clamor de justicia y en un llamado a la acción para que tales tragedias no se repitan. La vida es frágil y efímera, y Rubby Pérez nos enseñó a vivirla intensamente, hasta el último instante.