**El día que MURIÓ Rubby Pérez – La verdad OCULTA de la TRAGEDIA en la discoteca Jet Set**
La música dominicana se detuvo en seco la noche del trágico colapso de la discoteca Jet Set, donde el legendario Rubby Pérez se convirtió en víctima de un desastre inimaginable. La escena fue devastadora: un piso que se derrumbó, gritos de terror y un oscuro manto de humo que cubrió lo que prometía ser una noche de celebración. Más de 40 personas han perdido la vida, y entre ellas, la voz icónica del merengue, Rubby Pérez, cuyo cuerpo fue hallado entre los escombros.
La discoteca, un templo de la música, había sido objeto de reparaciones apresuradas tras un incendio devastador hace dos años. A pesar de las advertencias sobre su inestabilidad, el lugar fue reabierto, y esa noche, las luces brillaban con la promesa de alegría, mientras el público se arremolinaba para escuchar a su héroe. Sin embargo, el caos se desató cuando un estruendo ensordecedor precedió al colapso del techo, dejando a los asistentes atrapados en medio de la oscuridad.
Los rescatistas trabajaron incansablemente en medio del polvo y el pánico, pero cada minuto que pasaba sembraba más desesperanza. Mientras las ambulancias llegaban, la angustia crecía entre los familiares y amigos que buscaban a sus seres queridos. La noticia de la muerte de Rubby Pérez llegó como un balde de agua fría, y su nombre resonó como un símbolo de dolor nacional.
Las críticas hacia la gestión del club aumentan, con voces que exigen justicia y respuestas sobre las fallidas medidas de seguridad. En las calles, el luto se siente como un eco de la tragedia que ha dejado una herida profunda en la cultura dominicana. Rubby Pérez, el artista que llenó de alegría y ritmo las vidas de millones, se ha convertido en un recuerdo eterno de lo efímero de la vida y la fragilidad de la celebración.
La pregunta persiste: ¿cómo pudo ocurrir tal tragedia? El legado de Rubby Pérez vivirá en cada melodía, pero la comunidad espera respuestas que, por ahora, parecen estar atrapadas en los escombros de una noche que nunca debió terminar así.