En un giro sorprendente a solo tres días de la inauguración del Papa León XIV, el Cardenal Raymond Burke ha roto su silencio y ha revelado verdades inquietantes que podrían cambiar el rumbo de la Iglesia Católica. En declaraciones que resonaron como un trueno entre los ecos del Vaticano, Burke expresó su preocupación por la falta de dirección clara del nuevo pontífice, un hecho que ha generado una atmósfera de incertidumbre y anticipación en los pasillos del poder eclesiástico.