Un trágico accidente aéreo ha conmocionado a la India tras el desplome del vuelo AI 171 de Air India, que se estrelló esta mañana en Ahmedabad, dejando un saldo devastador de más de 30 muertos y decenas de heridos. El Boeing 787 Dreamliner, que despegó con más de 240 pasajeros a bordo, perdió el control apenas 31 segundos después de elevarse, impactando contra un hostel estudiantil en el barrio de Megan Nagar.
Todo parecía normal en el aeropuerto internacional Sardar Vallabhbhai Patel, pero un operario de mantenimiento había encontrado una pequeña pieza metálica en la pista, crucial para la estabilidad del avión. Sin embargo, esta advertencia no fue tomada en serio y el vuelo continuó su curso. En el momento del despegue, el copiloto reportó una vibración inusual en el ala izquierda, y en cuestión de segundos, el avión comenzó a descender descontroladamente.
El impacto fue catastrófico. Testigos capturaron el momento en que el fuselaje del Dreamliner atravesó dos pisos del edificio, seguido de una explosión que generó columnas de fuego y una nube negra que cubrió el cielo. Los equipos de emergencia llegaron rápidamente, pero el caos reinaba en el lugar, con cuerpos irreconocibles y llamas que dificultaban el rescate.
La investigación inicial sugiere que la pieza metálica encontrada por el operario era parte del sistema hidráulico de los flaps del ala izquierda, y su pérdida provocó la fatal descompensación que llevó al avión a su trágico destino. Solo un pasajero sobrevivió, un joven que fue expulsado del fuselaje en el último momento.
Las autoridades han abierto una investigación sobre la negligencia en los protocolos de seguridad, mientras que las familias de las víctimas exigen respuestas. Este accidente, que pudo haberse evitado, ha dejado a la nación en duelo y ha encendido un debate sobre la seguridad aérea en el país. La pieza que cayó no solo desató una tragedia, sino que se ha convertido en un símbolo de la importancia de no ignorar lo que parece pequeño.