José María Aznar ha lanzado una explosiva acusación contra el presidente Pedro Sánchez, sugiriendo que podría estar dispuesto a amañar las elecciones generales en España. En una entrevista concedida al diario El Mundo, el expresidente del Partido Popular insinuó que si Sánchez fue capaz de manipular su propia elección como líder del PSOE en 2014, no dudaría en hacer lo mismo en un proceso electoral nacional. Esta declaración se produce en medio de un escándalo que involucra a altos funcionarios del PSOE, como Santos Cerdán y Coldo García, acusados de fraude interno en favor de Sánchez.
Aznar no se detuvo ahí; advirtió sobre una posible crisis constitucional que podría prolongarse hasta 2027, sugiriendo que el gobierno está preparando el terreno para un referéndum en Cataluña, utilizando el modelo del concierto económico vasco como estrategia. La reacción del gobierno ha sido furiosa. Sánchez ha denunciado que el PP está intentando deslegitimar los resultados electorales cuando no obtienen la victoria, mientras que el ministro Óscar Puente ha calificado a Aznar de “psicópata”, recordando sus errores en Irak y el atentado del 11-M.
El escándalo del caso Cerdán, que ha destapado presuntas comisiones millonarias y ha llevado a la dimisión del número tres del PSOE, ha intensificado la guerra verbal entre ambos partidos. El PSOE ha abierto una auditoría interna para contener los daños, mientras la cuestión de la integridad democrática en España se encuentra en el centro del debate. ¿Exageran Aznar y el PP, o hay un problema real que amenaza la democracia en el país? Las palabras del expresidente han reavivado un debate que el gobierno preferiría mantener enterrado. La tensión política se intensifica y el futuro de la estabilidad en España pende de un hilo.