**TODO SOBRE EL SUCIO RUMOR Q INVOLUCRA A LA PERIODISTA KIRCHNERISTA JULIA MENGOLINI Y SU HERMANO**
En una vuelta inesperada del destino, la periodista kirchnerista Julia Mengolini se encuentra atrapada en un escándalo que ella misma ayudó a generar. La historia comenzó hace meses cuando, en un tono burlón, insinuó que el famoso cantante Miley estaba enamorado de su hermana, un comentario que provocó risas y memes en las redes sociales. Sin embargo, el karma digital ha hecho su aparición, y hoy la misma Mengolini enfrenta un rumor aún más repulsivo que la involucra a ella y a su hermano en una supuesta relación incestuosa.
El ambiente en las redes es electrizante. Mientras antes Mengolini se regocijaba en la viralización de rumores ajenos, ahora se encuentra en el banquillo, exigiendo censura y justicia. “Llegaron demasiado lejos”, declara con un tono de indignación palpable, mientras sus palabras resuenan en un mar de comentarios y especulaciones. La ironía es brutal: lo que una vez fue motivo de risa ahora la hiere profundamente.
El eco de sus risas pasadas se convierte en un silencio pesado, y su defensa se torna contradictoria. “Este rumor puede destruir reputaciones”, afirma, pero muchos se preguntan: ¿por qué no pensó en eso antes de lanzar sus propias piedras? La cultura del chisme, que ella misma alimentó, ahora se vuelve contra ella, y la línea entre víctima y victimario se difumina.
Con un abogado a su lado, Mengolini estudia acciones legales, intentando frenar la tormenta que ella misma desató. La escena es tensa, y la pregunta persiste: ¿puede alguien que ha jugado con el rumor pedir compasión cuando el espejo le devuelve su propia broma? En un mundo donde el daño se propaga a la velocidad de un clic, la ética del chisme se enfrenta a un dilema inquietante.
Mientras el público observa, la historia continúa desarrollándose, y el aire está cargado de incertidumbre. La periodista, que una vez fue la reina de la viralización, ahora se convierte en el blanco de su propio juego. ¿Es víctima o culpable? La respuesta, al igual que el eco de los rumores, sigue resonando en el aire.