Centenares de ciudadanos han estallado en protestas este lunes frente al Tribunal Supremo, increpando a Santos Cerdán con gritos de “¡Púdrete en prisión!” justo cuando el ex secretario de organización del Partido Socialista se dirigía a cumplir su condena. Las imágenes del tumulto, que han sido censuradas por Televisión Española, han comenzado a circular rápidamente en redes sociales, reflejando un creciente descontento social ante los escándalos de corrupción que han salpicado al gobierno de Pedro Sánchez.
Cerdán, investigado por presuntos delitos de financiación irregular y tráfico de influencias, ha sido recibido con una sonora pitada y consignas que resuenan en el aire: “¡Sinvergüenza!” y “¡Sánchez, eres el siguiente!”. Este abucheo ha coincidido con su ingreso en prisión preventiva en Soto del Real, intensificando la crisis política que atraviesa el país.
La reacción desde el Partido Socialista ha sido calificada por muchos como una provocación. María Jesús Montero, portavoz del partido, ha intentado desvincular a Cerdán de la formación, a pesar de que ocupaba uno de los cargos más relevantes hasta hace poco. Por su parte, Pedro Sánchez ha defendido la actuación del Ejecutivo, atacando al Partido Popular y asegurando que “al menos nosotros hemos actuado correctamente”. Sin embargo, estas palabras han sido vistas como un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, quienes perciben la estrategia del gobierno como un burdo intento de eludir responsabilidades.
La crisis no solo se agrava, sino que se abre un nuevo capítulo de desafección entre la ciudadanía y la clase política, alimentando un sentimiento de impunidad y desconexión en las altas esferas del poder. La situación se torna crítica, y el clamor popular exige respuestas inmediatas ante un escándalo que parece no tener fin.