Pamplona ha sido escenario de un estallido de abucheos y protestas sin precedentes este 7 de julio, cuando el alcalde José Bairón de Bildu fue recibido con un clamoroso rechazo al inicio de la primera corrida de la feria del toro de San Fermín. La plaza se convirtió en un mar de silbidos y gritos, especialmente en los tendidos de sombra, donde casi 20,000 asistentes manifestaron su repulsa de manera contundente.
La bronca resonó en todo el recinto, con insultos y pancartas que no solo apuntaron al edil, sino también al presidente Pedro Sánchez, en un claro reflejo del descontento social por la convivencia con Bildu, un partido que no ha condenado los crímenes de ETA. Este ambiente de tensión se intensificó durante la procesión matinal en honor a San Fermín, donde el alcalde fue objeto de gritos y tuvo que ser escoltado por la policía para evitar una agresión.
La situación ha evidenciado un profundo malestar en la ciudadanía, que ve con indignación cómo un partido heredero del entorno proetarra ocupa espacios institucionales. La alcaldía de Asirón, alcanzada tras una moción de censura pactada con el Partido Socialista, ha sido un punto de quiebre en la relación entre la política local y la sociedad navarra.
Este rechazo sin precedentes hacia un alcalde ha dejado claro que la tensión entre la política y la ciudadanía está en su punto más álgido. La imagen de la plaza repleta de asistentes abucheando a su alcalde es un claro indicador de la frustración acumulada y de la creciente polarización en el panorama político español. Las escenas captadas en video son impactantes y reflejan un momento crítico en la historia reciente de Pamplona.