La mancha de aceite de la trama corrupta del PSOE se sigue extendiendo, sumando nuevos imputados. En una revelación explosiva, la Audiencia Nacional ha confirmado la imputación de dos figuras clave en el escándalo: Isabel Pardo de Vera, expresidenta de ADIF, y Javier Herrero, exdirector general de carreteras. Estos individuos, colocados en posiciones estratégicas por la trama corrupta, habrían favorecido la adjudicación de obras públicas a empresas vinculadas a la corrupción.
La situación se agrava a medida que se descubren más detalles. Mensajes entre Herrero y sus cómplices revelan cómo manipulaban el sistema para obtener contratos, mientras que Pardo de Vera fue captada en grabaciones discutiendo el uso de contratos de emergencia para facilitar adjudicaciones. La relación entre estos imputados y altos funcionarios del PSOE, como Ávalos y Santos Cerdán, pone en jaque la credibilidad del gobierno.
El empresario Anchón Alonso, amigo cercano de Cerdán, también ha sido imputado. Su declaración ante el Tribunal Supremo, donde negó la validez de un contrato clave, añade más leña al fuego de este escándalo que amenaza con arrastrar a más figuras del PSOE. La trama, que se benefició de la adjudicación del túnel de Velate, ha dejado claro que los vínculos de corrupción son profundos y extendidos.
Mientras tanto, el PSOE intenta minimizar el impacto de estos acontecimientos, con su dirección tratando de mantener la calma ante el creciente clamor público. Sin embargo, la presión aumenta y la posibilidad de que más nombres se sumen a la lista de imputados se cierne sobre el partido. La pregunta que todos se hacen es: ¿podrá el gobierno sobrevivir a esta crisis de corrupción que se expande como una mancha de aceite? La respuesta, al parecer, está lejos de ser clara.