En un feroz debate en el Senado, el presidente Pedro Sánchez ha dejado a Alberto Núñez Feijóo y al Partido Popular (PP) en un estado de completa descomposición. En solo cuatro minutos, Sánchez desmanteló las falacias del PP sobre la derrota de ETA, exponiendo verdades que han sido sistemáticamente ocultadas por la derecha. La democracia española, afirmó, derrotó a ETA hace 12 años, una realidad que el PP se niega a aceptar.
Sánchez no se detuvo ahí. Recordó cómo fue un gobierno socialista, bajo la dirección de José Luis Rodríguez Zapatero, el que logró la extinción de la banda terrorista, mientras que el PP, entonces en el poder, no solo negoció con ETA, sino que también minimizó su acción, llamándola “Movimiento Vasco de Liberación Nacional”. Afirmó que el PP había acercado a 120 presos de ETA a cárceles vascas, justificando dicha acción con la infame declaración de que “tomar posesión de un escaño siempre es mejor que empuñar las armas”.
El presidente también denunció la hipocresía del PP, que, tras haber colaborado con ETA, ahora se erige como el único defensor de la democracia. Recordó cómo el mismo portavoz del PP, Borja Semper, había dicho que era importante “cambiar el chip” para construir el futuro, incluso con Bildu. La manipulación del PP llegó a su punto más bajo al recordar el atentado del 11M, donde el partido mintió y utilizó el sufrimiento de las víctimas para obtener rédito electoral.
Sánchez dejó claro que la política del PP se basa en el odio y la mentira, mientras que su gobierno avanza con un proyecto centrado en el empleo y los derechos. La desesperación del PP es palpable, pues cada intento de deslegitimar al gobierno es respondido con la contundente verdad de que ellos son los que viven anclados en el pasado. En este cruce de palabras, quedó claro: la verdad siempre prevalecerá sobre la manipulación.