En un giro inesperado que ha dejado a todos boquiabiertos, el rey Felipe VI fue ridiculizado en el palacio de Marivent, Palma de Mallorca, tras un brusco altercado con doña Letizia, su esposa. El evento, que reunió a más de 600 invitados, se tornó en un escenario de tensión real cuando la reina, visiblemente molesta, intentó propinarle una bofetada al monarca frente a una multitud atónita.
La recepción, que marcaba el inicio de las vacaciones privadas de la familia real, estaba destinada a ser un evento de gala, con un menú exquisito preparado por el reconocido chef Andrew Genestra. Sin embargo, el ambiente distendido se vio interrumpido cuando Felipe VI, en un gesto de camaradería, decidió saludar efusivamente a algunos amigos personales, rompiendo así el protocolo establecido. Este acto, que podría haber pasado desapercibido, fue interpretado por doña Letizia como una falta de respeto, desencadenando su reacción inesperada.
Los murmullos y miradas sorprendidas se apoderaron del salón mientras los invitados intentaban procesar lo que acababa de suceder. La escena, digna de una serie de ficción, dejó claro que, a pesar de la imagen de armonía que proyecta la monarquía, las tensiones son palpables. Algunos especulan que la reacción de Leticia fue un intento de reafirmar su autoridad, mientras que otros la consideran una exageración.
El palacio de Marivent, testigo de innumerables momentos históricos, ha sido el escenario de este bochornoso episodio que ya está dando de qué hablar en todo el mundo. ¿Qué significa esto para la imagen de la familia real española? La noche que prometía ser un deleite gastronómico se convirtió en un recordatorio de que, detrás de los muros del palacio, la vida real puede ser mucho más complicada de lo que parece.