¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! La Procuraduría General de la Nación ha desatado una bomba informativa al abrir una investigación contra Laura Sarabia, Luis Gilberto Murillo y Alfredo Saade por presuntas irregularidades en el manejo de pasaportes que han dejado a miles de colombianos varados. La crisis de los pasaportes, que se ha intensificado en las últimas semanas, podría tener raíces más profundas de lo que se pensaba, involucrando a altos funcionarios en decisiones que han puesto en riesgo un servicio esencial.
La Procuraduría ha señalado que Murillo, en su papel como excanciller, habría abusado de la figura de “urgencia manifiesta” para acelerar contratos sin justificación, lo que podría haber comprometido la continuidad del servicio. Mientras tanto, Sarabia, quien dejó su cargo recientemente, fue advertida sobre las fallas operativas para implementar un nuevo modelo de producción de pasaportes, pero ignoró las alertas. Alfredo Saade, actual jefe de despacho de la presidencia, está bajo la lupa por supuestas extralimitaciones de funciones, al intentar controlar la asignación de citas, algo que no le corresponde.
Las investigaciones se centran en la falta de coordinación y planificación que ha llevado a este colapso. La Procuraduría ha solicitado apoyo técnico y ha ordenado inspecciones en la imprenta nacional, mientras que la crisis se agrava con cada día que pasa. Los ciudadanos, frustrados por la falta de información y la imposibilidad de obtener citas, claman por respuestas.
Este escándalo no solo podría acarrear sanciones para los involucrados, sino que también pone en jaque la credibilidad del gobierno ante una situación que podría haber sido evitada. Con el Congreso en camino a convocar a los funcionarios investigados, la presión aumenta. La situación es crítica y la incertidumbre se cierne sobre el futuro de la gestión pública en Colombia. ¿Qué pasará con los pasaportes? La respuesta está en juego, y el tiempo corre.