Óscar Puente, el ministro de Transportes, se encuentra en el centro de un escándalo monumental tras ser captado en imágenes de fiesta, rodeado de mujeres y bebiendo alcohol, justo cuando varias regiones de España luchaban contra devastadores incendios. La revelación, hecha por el periodista Vito Killes en Twitter, ha desatado una oleada de críticas y ha puesto en entredicho la responsabilidad del ministro en un momento de crisis nacional.
La publicación de Killes, que rápidamente se volvió viral, muestra a Puente disfrutando de una celebración mientras miles de hectáreas ardían en llamas y comunidades enteras se esforzaban por contener la catástrofe. La indignación ciudadana es palpable, con comentarios que exigen su dimisión y cuestionan su compromiso con las emergencias del país. “Lo mejor que podía hacer es dimitir”, se lee en uno de los cientos de mensajes que inundan las redes sociales.
Este episodio llega en un momento crítico, ya que el país enfrenta una de las peores oleadas de incendios en su historia, y la imagen de un alto funcionario en actitud festiva es inaceptable para muchos. Además, el escándalo revive el reciente desliz de Puente, quien se burló en Twitter de los incendios en Castilla y León, un comentario que tuvo que borrar ante la avalancha de críticas.
Con la presión aumentando y la credibilidad del ministro en juego, Óscar Puente no solo enfrenta las llamas en el campo, sino también un incendio político que amenaza con arrasar su carrera. La ciudadanía exige respuestas y acciones, y la figura del ministro se encuentra cada vez más debilitada. La situación es crítica y el tiempo corre en contra de Puente, que deberá actuar rápidamente si quiere evitar ser consumido por la tormenta que él mismo ha avivado.