¡ESCÁNDALO EN LA CASA DE NARIÑO! Laura Sarabia, la exministra de Relaciones Exteriores y mano derecha del presidente Gustavo Petro, ha lanzado un mensaje contundente que sacude los cimientos del gobierno colombiano. Su renuncia, que inicialmente parecía un mero desacuerdo, se revela como el epicentro de una crisis de liderazgo y decisiones controvertidas en el manejo de los pasaportes colombianos.
En un giro inesperado, Sarabia ha reivindicado su gestión tras su abrupta salida, exponiendo las profundas contradicciones que dividen al gobierno. A través de sus redes sociales, dejó claro que su renuncia no fue un simple trámite, sino un acto de coherencia ante un desacuerdo irreconciliable sobre el rumbo que estaba tomando la administración. En su carta de renuncia, Sarabia recordó al presidente que su carrera había florecido bajo su dirección, pero que ya no podía avalar decisiones que consideraba erróneas.
El conflicto se centra en la gestión del contrato con la empresa Thomas Greg, encargada de la producción de pasaportes. Según fuentes cercanas, Alfredo Saade, un operador clave en la sombra del poder, desautorizó públicamente la estrategia de Sarabia, lo que la llevó a una situación insostenible. El plan de Sarabia buscaba una prórroga del contrato con Thomas Greg para evitar un colapso en el servicio a partir del 31 de agosto, pero esa solución fue ignorada en favor de una estrategia que, irónicamente, terminó por replicar su propuesta original.
La situación ha escalado rápidamente, y la respuesta del gobierno ha sido una mezcla de improvisación y contradicciones. Tras la salida de Sarabia, el jefe de despacho asumió el control y firmó un nuevo convenio con la imprenta nacional, pero la realidad es que el gobierno se vio obligado a extender el contrato con Thomas Greg, el mismo al que había criticado ferozmente. Esta decisión no solo pone en evidencia la falta de una estrategia clara, sino que también valida el enfoque técnico de Sarabia, quien ahora se siente vindicada tras la aceptación del camino que había trazado.
El mensaje de Sarabia ha resonado en el ámbito político, dividiendo opiniones. Sus seguidores la ven como una funcionaria digna que fue apartada por defender la correcta gestión del Estado, mientras que sus detractores la acusan de deslealtad hacia el presidente. En medio de este tumulto, la empresa Thomas Greg se convierte en el salvavidas del gobierno, lo que plantea serias preguntas sobre la toma de decisiones en la administración Petro.
Este escándalo no solo es un reflejo de las tensiones internas del gobierno, sino que también pone de manifiesto la lucha entre idealismo y pragmatismo en la gestión pública. La crisis de los pasaportes se convierte en un microcosmos de las vulnerabilidades de un gobierno que intenta conciliar su discurso transformador con la dura realidad de gobernar. La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá el gobierno de Petro superar esta crisis y recuperar la confianza de los ciudadanos? La respuesta, al igual que la situación, sigue siendo incierta.