**Título: ¡CORTES Y GRITOS EN LAM! El escándalo que sacudió la televisión argentina**

El estudio de “LAM” se convirtió en un verdadero campo de batalla el lunes por la noche, cuando los gritos de Marcela Feudale y Florencia Arietto resonaron más allá de las cámaras. La controversia estalló durante un acalorado debate sobre la prisión domiciliaria de Cristina Fernández de Kirchner, un tema que ya había encendido los ánimos. Lo que se vivió fuera del aire fue, según testigos, un verdadero torbellino de acusaciones y emociones desbordadas.

La tensión comenzó a escalar cuando Arietto, sin filtro, cuestionó la legalidad de la decisión judicial, lo que provocó la furia de Feudale. “No voy a hablar más contigo”, gritaba ella, mientras el conductor Ángel de Brito, consciente del caos, decidió cortar la transmisión para evitar que la situación se tornara aún más explosiva. Sin embargo, lo que ocurrió en esos momentos de silencio podría ser más impactante que lo que se vio en pantalla.

Fuentes internas del canal revelan que, tras el corte, Feudale abandonó su asiento furiosa, mientras Arietto continuaba lanzando dardos políticos. Los gritos de “¡esto no se puede decir en cámara!” resonaban en el estudio, lo que llevó a algunos a especular sobre una posible censura interna. La situación se tornó tan crítica que el productor Pepe Ochoa intentó, sin éxito, calmar los ánimos.

El gran interrogante ahora es: ¿qué se dijo realmente cuando las cámaras dejaron de grabar? Los micrófonos ambientales permanecieron encendidos, lo que significa que el material podría estar archivado, esperando a ser revelado. Las redes sociales ya están en ebullición, con rumores que sugieren que si este contenido sale a la luz, podría cambiar el rumbo de la narrativa mediática en Argentina.

Este escándalo no es solo otro drama televisivo; es una crisis que podría reconfigurar alianzas y poner en aprietos a quienes controlan el discurso en la televisión. Lo que ocurrió en “LAM” podría ser el verdadero escándalo del año, y cada silencio habla por sí mismo. ¿Qué más se oculta tras las cámaras? La audiencia está ansiosa por saber.