Ferrari se quedó a las puertas de conquistar el título de constructores en la temporada 2024 de Fórmula 1, finalizando como subcampeón tras una intensa lucha con McLaren. Este resultado marca la continuación de una sequía de títulos que la escudería de Maranello no experimenta desde 2008. A lo largo de la temporada, Ferrari mostró un rendimiento notable, especialmente en ritmo de carrera, pero varios momentos clave les costaron la oportunidad de alzarse con el campeonato.
Uno de los incidentes más decisivos ocurrió en el Gran Premio de Canadá, donde Ferrari sufrió un doble abandono, un revés que dejó a ambos pilotos, Charles Leclerc y Carlos Sainz, fuera de la carrera. Este fin de semana se convirtió en una pesadilla, ya que Leclerc enfrentó problemas electrónicos y Sainz un accidente que arruinó sus posibilidades de sumar puntos cruciales.
Otro momento crítico se dio en el Gran Premio de España, donde un defecto en el suelo del monoplaza complicó el desarrollo del vehículo, afectando su rendimiento. Este contratiempo se sintió especialmente en las siguientes carreras, donde Ferrari no pudo competir al máximo de su capacidad.
El Gran Premio de Bakú también fue significativo, ya que Sainz perdió un podio en las últimas vueltas tras un choque con Sergio Pérez, lo que resultó en una pérdida de puntos vitales. La situación se agravó más en Singapur, donde la escudería llegó como favorita, pero problemas en la clasificación, incluyendo un accidente de Sainz, les hicieron salir desde posiciones desfavorables, sumando más desventajas en su búsqueda del título.
A pesar de los reveses, Ferrari logró mostrar un ritmo prometedor en varias carreras, lo que los sitúa como contendientes serios para la próxima temporada. La escudería deberá analizar estos momentos decisivos para aprender y mejorar, con la esperanza de que su monoplaza competitivo les permita luchar por ambos títulos en 2025.