El actor chileno Benjamín Vicuña ha estallado en una furia sin precedentes contra su expareja, la China Suárez, tras su decisión de quedarse en Turquía, dejando a sus hijos, Amancio y Magnolia, sin la celebración del Día de la Familia en Buenos Aires. La situación ha desatado un escándalo mediático en Argentina, donde se rumorea que Vicuña ha cruzado un límite que nunca antes había alcanzado.
Todo comenzó con lo que parecía ser un viaje familiar, pero la situación se complicó rápidamente. Suárez, quien viajó para apoyar a su actual pareja, Mauro Icardi, se quedó en Europa sin avisar a Vicuña. La actriz había prometido regresar con los niños para compartir un momento especial, pero su cambio de planes ha dejado al actor furioso. Según fuentes cercanas, Vicuña se siente traicionado y ha expresado que “esto ya no es libertad, es egoísmo”.
La tensión ha escalado a tal punto que Vicuña ha considerado la posibilidad de iniciar acciones legales por obstrucción de vínculo paterno. En un momento de gran presión, el actor incluso golpeó una mesa en un arranque de ira, pidiendo a su abogado que revise el régimen de visitas. La situación se ha vuelto insostenible, y la posibilidad de que Suárez se instale en Europa con los niños ha intensificado el drama.
Mientras tanto, la China Suárez guarda silencio en las redes sociales, publicando solo imágenes sonrientes junto a Icardi, lo que ha irritado aún más a Vicuña. La comunidad en línea ha comenzado a debatir sobre la situación, cuestionando la equidad en la dinámica parental.
Este conflicto no parece tener un final feliz a la vista. Con Vicuña buscando mediación urgente y evaluando acciones legales, la batalla por la custodia de los niños podría estar solo comenzando. La pregunta crucial ahora es: ¿hasta dónde estará dispuesto a llegar Vicuña para proteger su relación con sus hijos? La novela apenas empieza, y todo indica que se avecina una nueva guerra legal.