**Escándalo literario: ¿El portero de Beatriz Sarlo se queda con su legado?**
El mundo cultural argentino se encuentra en estado de alerta tras la revelación de un testamento manuscrito que podría cambiarlo todo. Beatriz Sarlo, la icónica intelectual fallecida hace seis meses, dejó un legado que no solo es simbólico, sino que ahora está en el centro de una feroz disputa legal. Según informes, un documento escrito a mano por Sarlo designaría a su portero, Melanio Alberto Mesa López, como heredero de su departamento y del cuidado de su gata, Niní. ¿Es este un acto de gratitud o un testamento cuestionable?
La noticia ha sacudido los cimientos de la cultura argentina, donde la figura de Sarlo siempre fue sinónimo de pensamiento crítico y compromiso intelectual. Sin hijos y separada de su exmarido, su patrimonio parecía destinado a ser un legado colectivo. Sin embargo, la aparición de este testamento ha desatado un torbellino de especulaciones y controversias. Melanio, quien estuvo a su lado en momentos cruciales, ahora se presenta ante la justicia con un documento que, según él, refleja la voluntad clara de Sarlo.
La situación se complica con la oposición de su exmarido, Alberto Sato Cotani, quien cuestiona la validez del testamento y busca ser reconocido como heredero. Un grupo de intelectuales también ha alzado la voz, pidiendo que el legado de Sarlo se convierta en un fideicomiso cultural, argumentando que su deseo era que sus bienes sostuvieran el pensamiento crítico en el Sedinci.
La tensión es palpable y los medios ya se refieren a este caso como el “escándalo del portero heredero”, evocando el estilo de un cuento de Borges. Mientras el juicio sigue abierto, el futuro del departamento y de la gata Niní pende de un hilo. ¿Podría el patrimonio de Sarlo terminar en manos del Estado si no se valida ningún heredero legítimo? La historia, aún sin un desenlace claro, nos recuerda que la herencia no solo es cuestión de bienes materiales, sino también de ideas y legados que trascienden. El espectáculo apenas comienza, y la cultura argentina observa con expectación.