Ozzy Osbourne, el icónico cantante de Black Sabbath y el padrino del heavy metal, ha fallecido a los 76 años, tras una larga batalla contra la enfermedad de Parkinson. La noticia, que ha dejado a millones de fanáticos en estado de shock, llega apenas semanas después de su emotivo concierto de despedida, donde se reunió con sus antiguos compañeros de banda en un evento benéfico.
Nacido en Birmingham, Inglaterra, en 1948, Ozzy, conocido como el “Príncipe de las Tinieblas”, revolucionó la música con su voz inconfundible y su estilo provocador. Desde su debut con Black Sabbath en 1968, su legado ha sido monumental, con álbumes que definieron el género, como “Black Sabbath” y “Paranoid”. A lo largo de su carrera, su vida personal estuvo marcada por excesos y luchas, pero también por momentos de redención, especialmente con el apoyo de su esposa Sharon, quien fue fundamental en su regreso a la música en solitario.
La fama de Ozzy trascendió la música cuando su familia se convirtió en el centro de atención en el reality show “The Osbournes”, donde mostró su lado más humano y cómico. Este programa no solo lo presentó a una nueva generación, sino que también cimentó su estatus como una figura cultural icónica.
A pesar de sus problemas de salud, Ozzy continuó creando música y ganó dos premios Grammy por su último álbum, “Patient Number Nine”. Su familia ha compartido que estuvo rodeado de amor en sus últimos momentos, un testimonio de la fuerte conexión que siempre mantuvo con sus seres queridos.
La muerte de Ozzy Osbourne marca el final de una era en la música rock. Su legado perdurará a través de sus inolvidables canciones y su influencia en el mundo del entretenimiento. Desde el “Príncipe de las Tinieblas” hasta el padre de familia entrañable, Ozzy fue un verdadero ícono que siempre será recordado.